martes, 11 de agosto de 2009

Anabel busca su identidad en Buenos Aires - 1980


Hola, mi nombre es Anabel Garbet, tengo 28 años y soy de Ensenada, Provincia de Buenos Aires. Hace 1 año aproximadamente confirmé que era adoptada. Digo confirmé, ya que en varias oportunidades le he preguntado a mis padres si lo que sentía era verdad, si era adoptada, pero siempre me han negado esto. Según mis papás adoptivos he nacido el “22 de diciembre de 1980" en la casa de una partera llamada Norma Ceolin, también de Ensenada, que vivía en Aristóbulo del Valle 166, actualmente fallecida. Esta mujer cayó presa en el año 1981 por tráfico de bebés, pero salió bajo fianza un tiempo después.
No tengo muchos datos ya que mucha de la información que me dieron no es verdadera, tengo muchas versiones y sumado a esto mis papás adoptivos no colaboran en mi búsqueda (“no saben”, “tienen miedo”); lo que no entienden es que uno no los deja de querer, porque me han dado muchas cosas y estoy eternamente agradecida, me han criado muy bien, pero no es justo que me hayan ocultado mi verdadera identidad. Uno se siente defraudado cuando se entera la verdad y más cuando dicen quererte pero te siguen mintiendo. Cuando nací al tiempito me sacaron 3 lunares que llevaba en mi cuerpo, uno muy grande (que es el único que puedo registrar en fotos de recién nacida) que lo llevaba en la cadera del lado derecho, otro en la rodilla izquierda y otro en la planta del pie (estos dos últimos sin registro en las fotografías). También fuí internada al tiempito de nacer por un problema del corazón, nunca supieron explicarme eso, sólo me dijeron que tenía el corazón grande, el cual ocupaba el ancho de los pulmones y nada se podía hacer; supuestamente eso pasa cuando los partos son complicados o durante el embarazo ocurre algo que es trasmitido de la madre al bebé (si el embarazo es complejo, si la madre sufre algún accidente, angustia u otras cosas similares).
He ido a abuelas de Plaza de Mayo, pero los resultado han dado negativos. Por momentos uno se siente desesperado, más que nada cuando miras para atrás y ves 28 años en los que te han ocultado la verdad. Uno tiene derecho a saber su origen, sea cual fuere. Al comienzo de esta búsqueda sentía que el mundo se me venía abajo, sentís una soledad tremenda, mas que nada por no entender que es lo que pasó, cual fue realmente la historia, como llegué a brazos de mis padres adoptivos. Muchas preguntas que a veces no tienen respuesta. La impotencia que esto te genera, sumado a que siempre quisiste encontrar y ver en frente tuyo esa cara que tiene tus rasgos, esa persona que lleva tu sangre, esa persona que te tuvo en la panza, preguntarle que pasó y porqué. La cabeza te da vueltas, a veces, por momentos sentís una tristeza muy fuerte, una desesperación, pero nunca dejas de pensar, ni un solo instante. Vas a escuchar comentarios, argumentos, historias que a veces por desesperación y miedo te inventan…, pero aunque te duela, cada vez te haces más fuerte.

Desde el momento que confirmé no ser hija de mis padres adoptivos no dejé de pensar un minuto, no dejé de buscar, jamás voy a dejar de hacerlo, hasta el último día de mi vida.

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